Francisco Lorenzo: Cuando el juego sirve para algo más que para pasar un buen rato

Aunque no lo parezca, el juego tiene un montón de connotaciones negativas.

Para empezar, si dices que eres aficionado al juego, muchas personas te asociarán directamente a las máquinas tragaperras, la primitiva o a otro tipo de juegos electrónicos y de azar. La “adicción patológica a los juegos electrónicos o de azar” es, según la RAE, ludopatía. Pero ¿qué hay del ajedrez y de otros juegos que nada tienen que ver con la ludopatía?

En el otro extremo, muchas otras personas pensarán que eres una persona inmadura. “Jugar es cosa de niños”. Esta frase está tan extendida como la creencia de que una persona aficionada al juego es únicamente la que se deja la mitad de su sueldo en una tragaperras.

Estoy de acuerdo en que jugar es cosa de niños (y no es nada malo que un adulto haga lo mismo que un niño, sino todo lo contrario). Pero también es cosa de adultos. ¿De adultos inmaduros? En absoluto. De hecho, la mayoría de los adultos que conozco que juegan a menudo son personas maduras e inteligentes.

Me dedico profesionalmente a la formación y al desarrollo de habilidades. En otras palabras, ayudo a la gente a desarrollar su memoria, su rapidez mental, su capacidad de razonamiento lógico, su pensamiento creativo, su inteligencia emocional y un largo etcétera. Y no hay ni una sola formación o entrenamiento en los que no utilice un juego.

El juego, bien elegido, tiene la capacidad de empatizar, de transmitir cosas que los libros no pueden, de exprimir la creatividad, de enseñar la búsqueda de soluciones tanto meditadas como improvisadas… Y mis alumnos lo agradecen. Más allá de un PowerPoint o de un montón de folios con apuntes, el juego activa su participación activa y les enseña lecciones increíblemente valiosas al mismo tiempo que se divierten. Y da igual que la formación sea de memoria como de negociación, de ventas o de marketing. El juego siempre, siempre me da unos resultados excelentes.

Si has llegado hasta aquí y no estás familiarizado con el amplio mundo de los juegos, seguramente me imagines enseñando a mis alumnos a jugar a las damas o al go. Pero te diré que las damas y el go son solo la punta del iceberg. Debajo hay mucho, muchísimo más.

Muchas personas dentro del mundo lúdico dicen que estamos en la época de los juegos de autor. ¿Qué es esto de los juegos de autor? Piensa en los juegos que normalmente se ven anunciados en televisión: Monopoly, Cocodrilo Sacamuelas, La herencia de Tía Agata… ¿Qué es lo relevante en estos juegos? El autor no, sino la editorial. Son juegos más bien comerciales. En cambio, los juegos de autor son juegos con una profundidad mucho mayor y en los que el nombre del autor es reconocido.

Quizá uno de los juegos de autor más conocidos sea el Catán, de Klaus Teuber. Este juego se considera en muchos sitios el punto de partida de los juegos de mesa de autor y la base sobre la que se desarrollaron los conocidos como eurogames o juegos de estilo alemán. Y parece cierto que estamos en la época de los juegos de autor, porque desde hace unos años podemos encontrar el Catán en los catálogos de tiendas de juegos y juguetes como El Corte Inglés o Toys ‘R’ Us, cuando antes solo aparecían los anunciados en televisión.

Quizá te sorprenda si te digo que Catán es un juego que utilizan bastantes empresas de Wall Street para hacer una criba en el proceso de selección de personal. Los candidatos a un puesto de empleo juegan una partida y, durante su transcurso, los reclutadores pueden medir sus capacidades de negociación, de afrontamiento y de estrategia a medio y largo plazo, todas ellas cruciales en un profesional de cualquier sector. A mí no me sorprende, sino que me parece algo increíblemente eficaz.

De la misma forma, existen multitud de juegos que permiten no solo medir, sino también desarrollar ciertas habilidades. Por mencionar algunos de los que yo utilizo en mis formaciones: Dobble para entrenar la atención simultánea; Código Secreto para entrenar la capacidad de conexión (importantísima en un trabajo, tal y como explico en este vídeo); Hanabi para entrenar las capacidades de deducción, de “lectura” del pensamiento y del espíritu colaborativo sin efecto líder; Imagine para entrenar la creatividad…

Esta metodología de enseñanza y de aprendizaje se conoce como training lúdico. Os animo a ver el siguiente vídeo en el que lo explico con más detalle y también os animo a buscar en Google distintos juegos de mesa de autor, incluidos los que os he mencionado. Os prometo que vuestra concepción del juego cambiará por completo 🙂

 

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